Vasoconstricción de los capilares, reduciendo el flujo sanguíneo.
Recesión gingival, dejando al descubierto la raíz dental.
Inflamación de encías, periodontitis.
Predisposición a sufrir enfermedades periodontales.
Riesgo de padecer gingivitis entre 2 y 6 veces más que los no fumadores.
Tinción y manchas en la superficie dental.
Descalcificación producida por la acidez.
Incremento de la placa dental debido a la proliferación de bacterias.
Incremento de la caries, especialmente la radicular.
Pérdida de piezas dentales.
Fallo en implantes dentales.
·Proliferación de las bacterias responsables de la placa bacteriana.
·Alteraciones en la composición y eficacia de la saliva.
·Reducción del aporte de oxígeno a los tejidos.
·Retraso en la cicatrización de las heridas.
·Halitosis del fumador.